Antes de lanzarte, reflexiona sobre algunos aspectos:
Decolorar, que es la condición previa a la coloración, debilita los cabellos

La decoloración consiste en aclarar el tinte natural de tus cabellos (lo cual podría ser el objetivo final) o preparar los cabellos para un coloración posterior en un tinte más claro. Por tanto, se aconseja la aclaración previa. Para ello, se aplican productos oxidantes en el cabello que diluyen su pigmento colorante (la melanina). La decoloración aplicada en su punto máximo hace que desaparezca toda la melanina y que los cabellos sean totalmente blancos. Es necesario decolorar el cabello antes de cualquier coloración dos tonos por debajo del color natural. La decoloración debilita el cabello, el cual se hace más poroso y difícil de secar. Se desaconseja en cabellos en los que se acaba de hacer una permanente.
Para conseguir el color basta con respetar las instrucciones de uso

Lee atentamente las instrucciones del producto colorante. Haz obligatoriamente una prueba de sensibilidad para evitar cualquier riesgo de alergia. Respeta escrupulosamente el tiempo de aplicación del color. Utiliza los guantes previstos para su aplicación. Aplica todo el producto, ni más ni menos.
Escoger un color, aprender a vivir con él

Un tinte permanente que hay que volver a hacer cada dos meses. Un tinte tono a tono que hay que volver a hacer cada 6 semanas. Un baño de color temporal que dura 8 lavados.
Cuidar los cabellos teñidos significa optimizar el resultado
Utiliza mascarillas, aceites y champús específicos para cabellos teñidos.