A la vuelta de vacaciones muchas de nosotras nos hemos encontrado con la cara llena de pecas y manchas del sol, que no hemos podido combatir utilizando gorras o sombreros o el protector solar. Aunque si dejamos de exponernos al sol muchas de estas manchas desaparecerán, otras quedarán casi indelebles en nuestro rostro. Para eliminar estas manchas podemos someternos a una despigmentación.

Ahora que ha terminado el verano es la mejor época para someternos a uno de estos tratamientos despigmentantes, ya sea utilizando cremas de este tipo, si el problema no es muy grave o bien mediante tratamientos de medicina estética más completos que nos ayuden a eliminar o cuando menos lograr que sean mucho menos visibles.

Para eliminar las manchas nos podemos someter a un peeling despigmentante. Si este tratamiento no funciona o no es suficiente, podemos utilizar alguno de los demás tratamiento que encontramos en el mercado, que deben ser aplicados por un dermatólogo o un profesional de la estética para evitar lesiones en la piel.

Podemos decantarnos por el nitrógeno líquido, muy utilizado para eliminar las manchas conocidas como cloasmas, muy habituales en el embarazo y que hacen que nuestra piel adquiera una apariencia moteada.

Otro tratamiento es el ácido glicólico, que está especialmente indicado para tratar las manchas más claras, que otros tratamientos no son capaces de eliminar. También podemos optar por el ácido tricloracético, especial para las manchas más oscuras.

Finalmente, podemos decantarnos por el láser, ILP, que es el tratamiento que más se utiliza en la actualidad. Es el más aconsejable por la rapidez del tratamiento y por la eficacia del mismo, con la ventaja de que sólo actúa en las manchas, es decir, donde se acumula la melanina, sin afectar al resto de la piel. Sirve para tratar prácticamente todo tipo de manchas, excepto el cloasma, para el cual tendremos que utilizar nitrógeno líquido o el peeling químico.