El segundo día de la semana de la moda del Mercedes Benz DFashion estuvo enmarcado por las propuestas de los diseñadores jóvenes. Éstos demostraron que las vacas sagradas están más que superadas. Fue el caso de la colección que presentó Alexia Ulibarri, donde la diseñadora logra crear una serie de vestidos vintage con una tendencia cubista tan impecable y femenina que hizo ver a Héctor Terrones como un novato pretencioso.

La jornada matutina fue estelarizada por la colección de Terrones. El diseñador presentó vestidos tal vez demasiado vintage, confeccionados con tules y encajes de apariencia antigua en un diseño sensual, en un solo color hueso, el cual logró recrear muy bien un matiz viejo. Sin embargo, la confección no fue tan impecable y rigurosa como el evento lo requería; algunos atuendos parecían desaliñados, lo cual contrasta con el aire elegante y sofisticado de la tendencia vintage, además de que la costura revelaba errores como uniones fruncidas, hilos colgando y bustiers muy flojos. Fue un desfile de tan esperado a decepcionante, puesto que en las grandes pasarelas internacionales los horarios matutinos están reservados para los grandes. Terrones no se presentó a recibir su reconocimiento por un problema de salud, ya que supuestamente no durmió durante una semana por el estrés que le creó terminar su colección.

La jornada vespertina se la llevó sin duda Alexia Ulibarri. Esta diseñadora impactó con una colección llena de romance y delicadeza en sus vestidos, al usar telas y brocados del siglo XVIII, perfectamente cortados, ya que usa una nueva tecnología de patrones y corte láser. Las modelos salieron una a una, serias, pálidas, todas con peinados muy vanguardistas, caracterizados por un chongo en forma de cubo y con una marca negra en los labios que parecía sellárselos, como si expresaran que cuando el look es tan perfecto, habla por sí solo.

Otra muy concurrida pasarela fue la de Sony, donde utilizaron la creatividad de Chema Torre para lanzar su nuevo walkman, creado para robarle un cacho del pastel que se lleva casi completo el IPED. Chema Torre explicó su propuesta: más que un look era un estilo de vida que expresa a los jóvenes. Los atuendos que exhibió –retro, muy coloridos, destinados en un ciento por ciento a los chavos- eran realmente un pretexto para lanzar el aparato de sonido japonés.