El sol y el calor pueden perjudicar nuestro cabello, resecándolo y dañándolo, haciendo que pierda su brillo natural y su aspecto saludable. Pero si llevamos el pelo teñido tendremos que protegerlo aún más del sol, ya que éste puede causar modificaciones en la estructura del cabello, haciendo que varíe el color y que el resultado no sea muy favorecedor.

Además, no debemos olvidar que el cabello teñido se reseca aún más que el que no lo está, por lo que una de las primeras precauciones que deberemos tener es aplicarnos mascarillas hidratantes más a menudo que durante el invierno, sobre todo si nuestro cabello ha estado expuesto al sol durante largo tiempo.

Cuando estemos al sol, además de aplicarnos un protector solar en la piel, deberemos aplicarnos en el cabello uno específico para el pelo. Los protectores no apelmazan el pelo ni le dan un aspecto graso, sino que después de aplicarlos puedes llevar tu cabello suelto con la tranquilidad de que estará protegido por el sol.

De cualquier modo, durante las horas en las que el sol es más fuerte, entre las dos y las cinco, es conveniente que te protejas el cabello con uno gorro o sombrero, preferiblemente aquellos de un material suave que permitan que el pelo respire y no te hagan sudar, lo que a la larga también terminaría afectando a tu cabello.

Si quieres teñirte antes del verano, lo mejor es que te apliques un tono un poco más oscuro del habitual porque, como hemos dicho, el sol aclarará el color que utilizas habitualmente. De cualquier modo, lo mejor es esperar a la vuelta de vacaciones para teñirte. De ese modo, además de conservar el color que te gusta, cuidarás la salud de tu cabello.