Cada vez son más las mujeres que se tiñen el pelo en casa, y también son muchas las marcas de tintes que hay en el mercado, así como cada una de ellas presenta una gran variedad de fijaciones y colorido. Pero no por ello podemos comprar uno a la ligera y pensar que nos va a quedar tal cual lo vemos en la fotografía del envase, uno de los principales errores que se comete a la hora de comprar un tinte.

En primer lugar, tienes que distinguir entre los baños de color, la coloración sin amoníaco y el tinte tradicional con amoníaco y oxidación. Los dos primeros cuidan más el cabello y el cuero cabelludo, pero solo podrás utilizarlos para dar brillo o para oscurecer algún tono, o para cubrir las primeras canas. Tienen como ventaja que se van desvaneciendo con los lavados y no dejan el efecto raíz.

Si lo que necesitas es tapar canas muy notorias o cambiar el color del pelo, lo que necesitas es el tinte permanente, con el que podrás oscurecer el pelo siempre que quieras, o ir aclarándolo ligeramente uno o dos tonos por encima del tuyo natural. Si eres morena y quieres verte muy rubia necesitarás decolorarte previamente, ya sea con bastantes mechas o en la totalidad de la cabeza, de lo contrario el pelo te quedará anaranjado. Recuerda que un cambio de este tipo requiere retoques constantes.

Compara precios y comprueba si el formato te permite guardar en perfecto estado el producto que no hayas utilizado, ya que para retocar las raíces a veces es suficiente con la mitad de la cantidad. Del mismo modo, si vas a teñirte por completo y tienes melena, necesitarás el doble. Compra siempre donde pueda atenderte una persona que esté bien informada, es la mejor manera de que vea tu color y así podrá aconsejarte. Además de perfumerías y supermercados, también hay tiendas de productos de peluquería de uso profesional que atienden a todos los públicos.