Estamos viendo que en los últimos tiempos el estilo de maquillaje que más se lleva es aquél que te ofrece un acabado completamente natural. Se acabó usar productos excesivamente cubrientes y con tonalidades artificiales. La técnica nude se ha impuesto y con ella se han enterrado los bronceados excesivos y los anaranjados siempre antiestéticos. La moda actual apuesta por un look muy femenino y favorecedor, pero ante todo natural.
Para conseguirlo hay que tener en cuenta 2 factores muy importantes: el producto y la aplicación. En primer lugar, el maquillaje elegido debe ser fluido, partiendo así siempre de una base cremosa que nos ayude a camuflar manchitas y venitas, además de algunas imperfecciones rugosas. Este maquillaje debe tener una textura muy flexible y ligera, de modo que sea capaz de fundirse perfectamente en tu piel, confundiéndose prácticamente con ella. Para ello, necesitarás que el tono sea igual que el de tu piel o ligeramente más bajo.

El uso del pincel

Hace unos meses veíamos que cada vez son más los profesionales que optan por maquillar con los dedos diferentes partes del rostro. Esta técnica es tan válida para aplicar maquillaje, como para retocar y dar efecto a sombras y barras de labios. Pero de lo que no cabe ninguna duda es que todos ellos utilizan el pincel para aplicar la base fluida, ya que es el mejor modo para extenderlo y dar un acabado completamente natural.

Un acabado perfecto que ayuda a ahorrar

Si pones un poco de producto en las cerdas del pincel, podrás ir dando ligeros toques y extendiendo a la vez, repartiendo así el producto de un modo mucho más favorecedor que con esponja. Puedes aplicarlo en las zonas donde necesitas cubrir alguna rojez u otro tipo de imperfección, dejando partes de tu cutis sin maquillar. Otra ventaja de este sistema es que ahorras mucho maquillaje, ya que con unas gotitas la brochita se impregna lo suficiente como para cubrir todo lo que necesitas.