Cómo aplicar los polvos bronceadores
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A pesar de los consejos de los expertos que recomiendan tomar el sol con precaución y muy poco a poco, todas queremos estar morenas cuando
llega el verano. Y es que un buen tono de piel resulta muy favorecedor.
Para lograrlo sin exponernos peligrosamente a las radiaciones solares
hay diferentes alternativas.
Una de ellas son los polvos bronceadores. Con ellos puedes conseguir un increíble efecto de buena cara y acabar de un plumazo con ese tono cetrino que nos ha dejado el invierno en el rostro. Pero, ¡atención! ¿Sabes cómo aplicarlos para que el resultado sea natural? Aprende a hacerlo con maña y no te pases, o tu cara acabará de color naranja.

En lo primero que has de acertar es en la elección del color, apostando por un tono natural y dejando para otra ocasión los más anaranjados. Si optas por unos polvos mates el resultado será aún más natural, y si prefieres los ligeramente irisados, con algo de brillo, conseguirás más luz. Es importante elegir los polvos bronceadores según tu tipo de piel
.
Después necesitarás una buena brocha de tamaño medio que te permita repartir bien el producto por toda la cara. Comienza por la frente y las sienes, después marca los pómulos, la barbilla y la mandíbula. Por último, aplica el producto en la nariz y el centro de la cara. Maneja la brocha con pequeñas pasadas hacia el exterior del rostro. Termina aplicando un toque de colorete rosado que aporte un aspecto sano a tu cara.
Los polvos de sol se convierten en la opción perfecta para estos días de principios de verano, cuando aún no hemos conseguido el bronceado auténtico. Así, y hasta que ligues moreno en el rostro (debidamente protegida con el SPF adecuado a tu tipo de piel), podrás lucir sin problemas un aspecto veraniego y atractivo.
Una de ellas son los polvos bronceadores. Con ellos puedes conseguir un increíble efecto de buena cara y acabar de un plumazo con ese tono cetrino que nos ha dejado el invierno en el rostro. Pero, ¡atención! ¿Sabes cómo aplicarlos para que el resultado sea natural? Aprende a hacerlo con maña y no te pases, o tu cara acabará de color naranja.
La naturalidad es la clave
En lo primero que has de acertar es en la elección del color, apostando por un tono natural y dejando para otra ocasión los más anaranjados. Si optas por unos polvos mates el resultado será aún más natural, y si prefieres los ligeramente irisados, con algo de brillo, conseguirás más luz. Es importante elegir los polvos bronceadores según tu tipo de piel
.
Después necesitarás una buena brocha de tamaño medio que te permita repartir bien el producto por toda la cara. Comienza por la frente y las sienes, después marca los pómulos, la barbilla y la mandíbula. Por último, aplica el producto en la nariz y el centro de la cara. Maneja la brocha con pequeñas pasadas hacia el exterior del rostro. Termina aplicando un toque de colorete rosado que aporte un aspecto sano a tu cara.
Los polvos de sol se convierten en la opción perfecta para estos días de principios de verano, cuando aún no hemos conseguido el bronceado auténtico. Así, y hasta que ligues moreno en el rostro (debidamente protegida con el SPF adecuado a tu tipo de piel), podrás lucir sin problemas un aspecto veraniego y atractivo.
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