Durante estas últimas semanas te hemos advertido, y mucho, sobre los efectos del verano sobre el pelo. De la misma manera que la piel, no todos los cabellos reaccionan igual frente al sol, el viento o el mar. A pesar de las precauciones que hay que tomar cuando llega esta época, un poco de sol es muy bueno para todo tipo de cabellos, ya que les aporta reflejos espectaculares, que transmiten un aire saludable. Además, también hace que el pelo crezca más rápido y fuerte. Sin embargo, la sobreexposición nunca es buena.

Por otro lado, si eres de las que suele tener el cabello graso, te habrás fijado que en verano está más sano y ligero. Esto es gracias al agua del mar, a la sal y al plancton, que purifican y tonifican el cuero cabelludo.

 Es muy recomendable que sumerjas la cabeza debajo del agua para dejar que el agua del mar impregne el cabello y el cuero cabelludo. Además, mientras estás dentro del agua, es bueno que realices masajes colocando las yemas de los dedos ligeramente separadas sobre el cuero cabelludo y presionando con fuerza, realizando a la vez movimientos circulares, lo más amplios posibles y sin mover los dedos.



Para las que tengan el cabello seco, la combinación de los rayos infrarrojos, la sal y el cloro de la piscina sólo harán que se deshidrate todavía más. Por tanto, es muy importante tomar algunas precauciones para evitar que el cabello se debilite. Por otro lado, es importante que te cubras la cabeza cuando estés mucho tiempo bajo el sol, para proteger la piel que forma el cuero.

Por último, antes de bañarte aplica en tu cabello un producto a base de un aceite vegetal, como aceite de jojoba o almendras y, después del baño, aclarar el cabello con abundante agua dulce.